Las ventajas de las carillas dentales: 5 razones para ponértelas

Muchas personas asocian automáticamente el hecho de tener una sonrisa armónica a los tratamientos de ortodoncia. Hay quien, a pesar de tener algún diente desalineado o con una forma que no desea, descarta ponerse aparatos dentales por la duración del procedimiento.

Es cierto que tienen la opción de recurrir a la ortodoncia invisible, pero puede no ser una solución tan inmediata como querrían. Para estos pacientes, una solución que resulta muy eficaz, aportando resultados estéticos y naturales es muy poco tiempo, es la colocación de carillas dentales.

¿Cómo mejoran las carillas mi estética dental?

Las carillas son unas láminas cuyo espesor es similar al de las lentes de contacto -oscilando entre 0,3 y 1 milímetro-, que se colocan en la cara externa de los dientes. Precisamente, el hecho de que su grosor sea tan mínimo evita, en algunos casos, la necesidad de realizar un contorneado en el diente sobre el que se coloca.

Las carillas restauran la apariencia de las piezas dentales, pero no tienen como objetivo devolver la funcionalidad a la mordida.Es por ello que no en todos los casos pueden ser un tratamiento válido en lugar de la ortodoncia.

Son, no obstante, una manera muy eficiente de mejorar la estética dental en piezas que necesitan modificar levemente su forma, tamaño o color. La persona que opta por el uso de estas láminas puede llevar una vida completamente normal y, con los cuidados adecuados, pueden llegar a durar muchos años.

Aunque existen diferentes tipos de carillas, las más utilizadas debido a los beneficios que aporta al paciente son las ultrafinas. Confeccionadas en porcelana, son las más resistentes del mercado y su apariencia natural no crea discordancias estéticas respecto a los dientes reales.

Las carillas dentales como respuesta a 5 problemas

Ya hemos adelantado que las carillas solucionan problemas específicos, y ahora vamos a explicarte cuáles son:

1. Dientes rotos

Tener un diente roto afecta notablemente la estética de la sonrisa, sobre todo si se trata de dientes anteriores, como los colmillos o las paletas.

La fractura de una pieza es la consecuencia, en la gran mayoría de casos, de haber recibido un traumatismo en la boca.

Es importante contar con el diagnóstico de un dentista tras recibir un golpe para que determine si el daño únicamente ha sido a nivel externo.

Una vez que el profesional descarta lesiones en la estructura interna del diente, es posible que la persona se coloque una carilla que restaure su apariencia.

2. Tinción del esmalte

A medida que pasan los años, es habitual que el color de los dientes cambie y adopte tonalidades más oscuras.

Debido a agentes externos, es posible que aparezcan manchas en la superficie dentaria que nos cree cierto complejo al sonreír.

Algunas de las razones por las que las piezas dejan de tener su tono blanco son:

  • Factores hereditarios

    Nuestros genes determinan, en gran medida, cómo se van a desarrollar nuestros dientes y, de la misma manera, qué tonalidad adquieren.

  • Hábitos alimenticios

    El consumo ciertos alimentos y bebidas, como el vino o ciertos hábitos como el tabaquismo propicia la aparición de manchas en el esmalte.

  • Factores externos

    El consumo de algunos medicamentos, como la tetraciclina, también pueden favorecer a la tinción de los dientes.

    Es habitual que empiecen a tornarse de tonos grises o marrones, perjudicando visiblemente la estética de la sonrisa.

Para contrarrestar esta falta de color blanco, las carillas ofrecen una solución rápida y eficaz.

3. Deseo de tener los dientes blancos de manera permanente

El blanqueamiento dental es un tratamiento muy demandado por nuestros pacientes debido a los buenos resultados que ofrece.

Sin embargo, hay personas que no quieren pasar por este proceso debido a la sensibilidad dental que se puede experimentar, aunque es pasajera y totalmente reversible.  Sus efectos pueden durar muchos años, aunque es aconsejable realizar un mantenimiento al menos una vez al año. Una alternativa al blanqueamiento es optar por las carillas dentales.

Así, la persona podrá lucir unos dientes blancos de forma permanente sin necesidad de trabajar sobre la superficie de los mismos.

4. Malposiciones dentarias leves

A pesar de que para corregir la alineación de los dientes es recomendable realizarse un tratamiento de ortodoncia, en ocasiones es posible usar carillas.

Ya hemos explicado previamente que solo es posible en determinadas circunstancias, cuando la malposición del diente es leve.

5. Formas y tamaños de dientes indeseados

Al igual que sucede con la malposición de las piezas, cuando la forma o tamaño de los dientes no nos convence podemos recurrir al uso de carillas dentales.

Así, es posible tener una sonrisa armónica en caso de tener piezas demasiado cuadrados o con un tamaño más pequeño que el deseable.

Gracias a las carillas, podemos tener una dentadura armónica y alineada. 

Las carillas son un método muy eficaz, por ejemplo, para corregir diastemas -espacios interdentales- o para corregir los dientes torcidos.

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