Los tejidos de la cavidad oral están estrechamente interrelacionados; por lo tanto, cuando uno de ellos se enferma, el resto se puede afectar en grado variable, dependiendo de su relación funcional y de su proximidad física.
La periodoncia es la especialidad de la odontología que se encarga del cuidado de los tejidos que rodean y dan soporte a los dientes, tales como el ligamento periodontal, el hueso de soporte dental o hueso alveolar y la encía o tejido gingival; en definitiva, se ocupa de los cimientos de las piezas dentales para que cumplan todas sus funciones, mecánicas como estéticas. Por otro lado, la ortodoncia estudia, previene y corrige las alteraciones en el desarrollo de las arcadas dentarias y la posición de los maxilares a través de diferentes tratamientos, consigue restablecer el equilibrio morfológico y situar los dientes correctamente para crear una armonía estética y una función masticatoria adecuada; por ello el ortodoncista y el periodoncista pueden colaborar en distintos campos de la odontología, ya que ambas especialidades comparten situaciones clínicas y objetivos comunes.
En cualquier paciente, especialmente adultos, que solicite un tratamiento, debemos asegurarnos primero de que no presente ningún indicio de enfermedad periodontal. Si la encía, el ligamento periodontal y el hueso alveolar que sostiene los dientes están saludables, se puede proceder a realizar el tratamiento de ortodoncia, pero si el paciente tiene algún tipo de enfermedad periodontal, es preciso que el periodoncista realice un tratamiento previo de la patología controlando su evolución antes de colocar los aparatos de ortodoncia; en algunos casos el grado de severidad de la enfermedad periodontal puede determinar qué tipo de tratamiento de ortodoncia debe realizarse en el paciente.
Las enfermedades periodontales suelen causar inflamación, sangrado, y si no se tratan a tiempo ocasionan pérdida del hueso que soporta los dientes; esta pérdida de soporte óseo está acompañada de graves consecuencias, tales como movimientos de los dientes que varían su posición en la arcada y en muchos casos si no existe un tratamiento adecuado se pueden perder piezas dentarias.
En resumen, nunca se debe realizar un tratamiento de ortodoncia si existe un problema periodontal; sin embargo, esto no impide que una vez solucionado los problemas que afectan a la encía y al hueso alveolar el paciente pueda realizarse el tratamiento de ortodoncia, por ejemplo movilizando los dientes a una zona de mayor volumen óseo para restablecer de esa manera una mordida funcional y una posición adecuada de las piezas dentarias que fueron afectadas por la enfermedad periodontal, devolviendo a los dientes afectados la salud dental, la estética y una función masticatoria normal.
También por medio de la ortodoncia podemos mejorar la posición de los dientes para que las cargas de la masticación se distribuyan en una forma uniforme para reducir el trauma oclusal, la pérdida ósea y la movilidad dentaria; en otras palabras, la ortodoncia también puede prevenir problemas periodontales.
La relación entre la ortodoncia y la periodoncia es sumamente amplia, abarca tejidos blandos gingiva o encía, hueso alveolar, problemas oclusales, etc., de tal forma que no es posible en este artículo abarcar todos los aspectos que están íntimamente ligados entre estas dos especialidades; esperamos en una próxima entrega ampliar más sobre este interesante tema.
Fuente: Laprensagrafica