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El Cenieh organiza la V recogida de piezas dentales en Burgos y la primera en Andalucía, Asturias, Baleares, Cantabria y Extremadura / Ya cuentan con 1.200 piezas que generan miles de datos para usar en paleontología y en el ámbito forense
Sara guarda su colmillo. Sabe que los otros dientes que se le han caído se los ha recogido el Ratoncito Pérez debajo de su almohada. Hoy lo coloca primorosamente en una caja porque el viernes lo va a llevar al laboratorio del ratón Pérez. El centro de operaciones está en Burgos, en el Centro de Investigación sobre la Evolución Humana (Cenieh). A cargo de él están Marina Martínez de Pinillos, Celia García y Ana Pantoja. Un lugar donde ya se han depositado 1.200 muestras infantiles y que conforman una de las mayores colecciones de piezas dentales deciduas. «El primer año llegaron como 500 pero después se han presentado entre 100 o 200 en Burgos pero este año esperamos multiplicar el ingreso de piezas al llegar hasta cinco comunidades autónomas diferentes ya que en Burgos el primer año que se hizo fue el que más piezas llegaron», destaca Ana Pantoja.
El laboratorio está plagado de pequeñas bolsas con una especie de minúsculas perlas dispuestas sobre la mesa. Son los dientes. Están en fase de catalogación a la espera de todo el material que pueda llegar a partir del próximo viernes cuando se celebra la Noche de los Investigadores y se amplían los lugares de recogida.
El acuerdo con el ratón Pérez fue fácil. Sabe qué importante puede ser un diente para la ciencia. «Gracias a los donantes podremos obtener datos muy útiles para nuestras investigaciones como la edad de caída del diente, el sexo del individuo, su lugar de nacimiento y el de sus padres y abuelos, entre otros», indica Martínez de Pinillos. Con este cuestionario buscan que «la información que tenemos del diente tenga un poco de validez científica para poder sumar datos y desarrollar más criterios a investigar», señala Pantoja. Como ejemplo, si la pieza es de un niño prematuro, Ratón Pérez y su equipo podrán ver si tiene la misma velocidad de crecimiento que un niño o niña que nació a término; verlo, además, por sexos estableciendo las características de uno de niño y otro de niña; y establecer las diferencias entre todos ellos.
Después se comparará con los fósiles de niños que vivieron en la tierra hace miles de años y permitirá identificar edades, sexo, alimentación… «A la hora de estudiar los dientes fósiles tenemos que caracterizarlos por las poblaciones actuales: sabemos qué edad tiene un niño hoy, si lo comparamos con otro fósil y tienen similitudes podemos deducir que tienen la misma edad», señala Celia García. Este tipo de bancos de piezas de humanos modernos son más comunes en adultos porque se suelen nutrir de cuerpos no reclamados y de ahí la escasez de individuos infantiles. «Hasta ahora los estudios eran de dentición permanente, porque era de los que teníamos muestras para comparar pero ahora tratamos de confeccionar este catálogo para estudiar piezas infantiles de las que algunas hay, por ejemplo, en la Sima de los Huesos pero de las que esperamos muchas, porque han aparecido muchos individuos inmaduros en el muestreo de TD-6» explican. Ya hay numerosas investigaciones sobre el ‘gusto’ de Homo antecessor por los individuos jóvenes de su misma especie.
Cinco sedes de recogida
Así que el equipo del ratón Pérez ha buscado aliados para ampliar este banco y cinco son las comunidades que mañana viernes recogerán piezas dentales infantiles para formar parte de este banco de dientes actuales que se ubicará en Burgos. De esta manera, colaboran con el Cenieh la Asociación Andaluza de Antropología Física (AAAF), la Escuela Universitaria de Odontología (ADEMA) de Palma de Mallorca, la Universidad de Cantabria, la Universidad de Extremadura y la Universidad de Oviedo. Las ciudades donde se realizará la recogida son Burgos, Mallorca, Cáceres, Jerez de la Frontera, Santander, Avilés, Oviedo y Gijón.
En estas entregas que ya se han realizado hay casos muy curiosos como una familia de Cantabria que entregó prácticamente todos los dientes de leche de siete hermanos nacidos entre el año 67 al 77. «Nos lo trajo uno de los hermanos que su madre los había conservado y que nos viene muy bien porque es de mucha ayuda para los estudios que se puedan realizar el tener todas las piezas de un mismo individuo», señala Ana Pantoja.
El proceso
El proceso al que se someten estas piezas que se entregan para el estudio y la investigación científica es la misma a la que se somete cualquier fósil de Atapuerca. El diente de Sara se lavará con agua y alcohol. Después se dejará secar y se consolidará con resina diluida para que se solidifique y sea más resistente a la hora de su manipulación. Después se siglan con una identificación que si en los fósiles tienen que ver con el yacimiento, el nivel y la cuadrícula, en este caso será con el número de individuo y el numero de piezas de esa persona si tienen varias y donde se incluye edad, sexo y origen.
Después de haber catalogado la muestra, toca digitalizarla. Cada pieza dental se escanea por el Micro TAC con el objetivo de obtener una imagen de alta resolución con la que se consiguen miles de imágenes que permiten etiquetar materiales como la dentina, el esmalte y los volúmenes de la pieza. «Ahora empezamos a caracterizar las piezas infantiles por poblaciones actuales en edad, sexo para conocer las diferencias en la histología dental entre niños y niñas y poder identificar el sexo de los fósiles infantiles que encontremos», explica Celia García. Otra posibilidad es estudiar los anillos del esmalte para conocer el crecimiento y establecer rangos de edad de una pieza fósil al compararla con una actual.
Estas herramientas de Microtac ofrecen «posibilidades infinitas» porque también se realiza un análisis de morfometría geométrica analizando la forma del diente desde un punto de vista estadístico. «Se pueden obtener mil piezas de un diente porque te permite manipular la imagen de diferentes formas y estudios y, lo más importante, que lo puedes hacer sin tocar ni destruir la pieza», analizan.
El proceso de análisis y elaboración de una base de piezas dentales infantiles única en el mundo apenas acaba de comenzar. El objetivo es analizar estas piezas, conformar los datos y realizar, en función de ellos, investigaciones y publicaciones en revistas de impacto que den a conocer esta colección que, en cinco años, podrá ser de consulta obligada a todo aquel investigador que se tope con fósiles dentales infantiles en una excavación.
Fuente: elcorreodeburgos
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