¿Por qué la ortodoncia ayuda a incrementar la calidad de vida?

¿Por qué la ortodoncia ayuda a incrementar la calidad de vida?

Todas las personas con encías y dientes sanos son candidatos a ortodoncia, no importa la edad, sino las ganas de verse bien y sentirse mejor. Este tratamiento ayuda a incrementar la calidad de vida, tanto a nivel físico como psíquico del paciente.

La ortodoncia es un tratamiento con el cual se logra conseguir una sonrisa agradable, alineando los dientes y corrigiendo la mordida, armonizando el rostro del paciente. Al mejorar la estética dental,  también se mejora la salud general de la boca, ya que se reducen las posibilidades de infecciones bucales, como las caries y la enfermedad periodontal.

La ortodoncia consiste en mover ligera y progresivamente los dientes con el objetivo de llevarlos a una posición correcta y de lograr una sonrisa saludable. Los principales beneficios del tratamiento:

* Devuelve la función, estética y posición de los dientes.

*   Logra que la boca mejore la higiene bucal: El tratamiento tiene el objetivo de alinear los dientes facilitando así la higiene de la boca: los pelos del cepillo de dientes  pueden trabajar “cómodamente” en cada arista dental.

* Corrige la mordida y la alineación de los dientes: Al morder mal generamos presión en la articulación, lo cual puede generar dolores de oídos y cabeza.

* Reduce infecciones bucales y las caries: Al ser más fácil la el cepillado dental, se reduce el riesgo a contraer caries o alguna enfermedad periodontal, y la acumulación de sarro.

* Mejora la masticación: un beneficio tanto para el cuerpo como para la boca, ya que si uno no mastica bien, la digestión se vuelve más pesada. Asimismo, masticar correctamente, favorece la absorción de nutrientes durante la digestión y puede ayudarnos a evitar caries junto con cuidar nuestras encías.

¿Por qué la ortodoncia ayuda a incrementar la calidad de vida?
En la actualidad uno de los aparatos dentales más solicitados, especialmente por los adultos, es la ortodoncia invisible, ya que, este tratamiento sin brackets permite tener dientes alineados de forma cómoda, estética y rápida con resultados predecibles. Este tipo de ortodoncia consiste en el uso de férulas transparentes removibles que se intercambian cada 15 días normalmente.

Fuente: Diario de la Salud

El dentista del futuro no dolerá gracias a este láser y la tinta de calamar

El dentista del futuro no dolerá gracias a este láser y la tinta de calamar

Esta técnica indolora ahorraría miedos e incomodidades al paciente, pero plantea dudas éticas sobre su sostenibilidad medioambiental.

Aproximadamente 3 de cada 10 españoles sufren miedo o ansiedad a la hora de acudir al dentista. Esto es un verdadero problema, pues las visitas periódicas son de vital importancia para prevenir problemas como las caries o las gingivitis. Pero hay que entenderlo, habida cuenta que incluso para las tareas más rutinarias se utilizan instrumentos que parecen fabricados por la mismísima Inquisición.

Por eso, hay toda una línea de investigación que busca nuevos métodos indoloros e inocuos con respecto a los convencionales, con el fin de conseguir normalizar las visitas al dentista y reducir los casos de enfermedades odontológicas. Y un curioso ejemplo lo ha llevado a cabo un equipo de ingenieros de la Universidad de California, utilizando para ello un material insólito: la tinta de calamar.

Jesse Jokerts demuestra la técnica.

Del mar al diente

Las técnicas que normalmente se utilizan para diagnosticar enfermedades periodontales pasan por el uso de herramientas metálicas que se introducen entre las encías y los dientes, causando molestias cuando no dolor en el proceso. Los ingenieros estadounidenses buscaban en la naturaleza un método menos agresivo pero igualmente útil para detectar este tipo de trastornos.

Finalmente, recurrieron a la tinta de calamar de uso alimentario. Mezclada con agua y almidón de maíz, da lugar a una sustancia que puede usarse como una especie de contraste para identificar anomalías en las encías cuando se les proyecta un rayo láser.

El procedimiento es muy sencillo. El paciente hace gárgaras con la mezcla de tinta, que rápidamente impregna toda la boca, permitiendo que las nanopartículas de melanina penetren en los bolsillos de las encías.

A continuación, se hace incidir el haz láser con el fin de que los ultrasonidos creen un mapa completo de las encías basado en la presión generada en cada una de las zonas en las que se introdujo la tinta. De este modo, se pueden localizar anomalías sin causar ningún tipo de trauma en el paciente.

Problemas éticos

Si finalmente se consiguiera implantar esta técnica, la demanda de la tinta de calamar crecería notablemente, generando problemas éticos referente a la sostenibilidad del producto. Hay tiempo, sin embargo, para buscar alternativas como la creación de una tinta sintética que conserve las propiedades de la vertida por estos cefalópodos sin tener que capturarlos.

Hasta entonces, habrá que soportar las técnicas tradicionales y sobreponernos al temor de acudir al dentista. Si no lo hacemos, las consecuencias pueden ser muy peligrosas para la salud. Y eso sí que da miedo.

Fuente: El español

El empaste dental más antiguo conocido: hecho con plantas en la Italia de hace 13.000 años

El empaste dental más antiguo conocido: hecho con plantas en la Italia de hace 13.000 años

Los empastes, recientemente hallados en una excavación en el norte del país transalpino, proceden de la Edad de Hielo y estaban compuestos de una perforación y plantas medicinales.

Los empastes dentales han evolucionado muchísimo en los últimos años. Atrás quedaron los tiempos de aquellos parches de color negro, cuya aplicación suponía unas cuantas horas de intenso dolor, temidas por todo aquel que visitaba al dentista aquejado por algún tipo de molestia en sus muelas.

Y mucho más atrás todavía quedan los primeros empastes, ya que según el reciente hallazgo de un equipo de investigadores de la Universidad de Bolonia, éstos pudieron empezar a realizarse en plena Edad de Hielo, hace más de 13.000 años.

El relleno podría haber sido usado como antiséptico.

Los primeros dentistas

Dichas conclusiones han sido obtenidas por Stefano Benazzi, un antropólogo de la Universidad de Bolonia que, según declaraciones a TheTimes, ha encontrado en el norte de Italia unos dientes de dicha época que contienen los que podrían ser los empastes más antiguos conocidos.

Se trata de dos piezas dentales cubiertas por unas pequeñas perforaciones, cuyo análisis microscópico hizo recordar inevitablemente otras perforaciones similares que habían sido halladas antes en otros dientes mil años más antiguos que esos.

Estas prácticas dentales cuentan con miles de años.

Estas prácticas dentales cuentan con miles de años. Gregorio Oxilia

Ambos ejemplos se situaron en Italia, colocando a dicha nación como cuna de la odontología, pero este último es aún más llamativo que el anterior, pues no se queda sólo en las incisiones; sino que, además, los huecos estaban rellenos con una serie de plantas que, por un lado, servían como antisépticoy, por otro, evitaban que los alimentos entraran en contacto con el interior del diente una vez contraída la caries.

La idea inicial después del descubrimiento fue que los agujeros y el relleno podrían ser independientes y que el contenido del interior de las cavidades no fuesen más que restos de comida que hubiesen quedado ahí atrapados. Sin embargo, ambos tenían la misma antigüedad y parecían haber sido realizados a la vez, por lo que resulta más probable que fuese un antiquísimo tratamiento para las caries.

El origen de la caries

Se considera que las caries no fueron una realidad especialmente preocupante hasta la llegada de los cereales y la miel a la dieta de la gran mayoría de la población, algo que en Europa tuvo lugar en el Paleolítico Superior, con la llegada de inmigrantes de otras regiones del planeta, que se habían hecho verdaderos expertos en el cultivo de estos alimentos.

Y como todos los oficios surgen ante su necesidad, fueron estas modificaciones en los hábitos alimenticios los que llevaron a la aparición de los dentistas, esos profesionales tan temidos a la par que necesarios.

Fuente: ElEspañol

Los jóvenes españoles acuden más al dentista que los mayores

Los jóvenes españoles acuden más al dentista que los mayores

Al contrario de lo que se podría pensar, los jóvenes españoles acuden más al dentista que los mayores. Así lo refleja la última Encuesta de Condiciones de Vida, publicado recientemente por el Instituto Nacional de Estadística, que revela que el 49% de los jóvenes acude al menos una vez al año, frente al 39% de las personas mayores.

En el caso de los mayores, las mujeres, especialmente a partir de los 65 años, van más al dentista que los hombres, (un 49% frente a un 44%) y en este grupo de edad acuden más a medida que cumplen más años. El poder adquisitivo y la formación son dos factores muy importantes para quienes hacen más visitas al especialista, que en el caso de las personas mayores con más ingresos es del 61% frente a casi la mitad (35 %) de quienes tienen menos capacidad adquisitiva.

Según el informe “Estética y salud dental” sobre los hábitos de higiene y estética dental de los españoles, realizado por Clínica Curull, uno de cada tres españoles afirma acudir con menos frecuencia de la que le gustaría al dentista por una cuestión económica. “De hecho, la situación del bolsillo es el principal motivo por el que se acude menos al dentista”, destaca la doctora Conchita Curull, especialista en estética dental y odontología avanzada. El estudio revela, además, que los españoles acuden al dentista de media 1,2 veces al año por paciente, mientras que sólo un 30% de los españoles siguen la recomendación de los odontólogos de pasar una revisión periódica cada seis meses y, casi la mitad (46%) opta por acudir una vez al año.

De los datos de Estadística se desprende también que las personas que acuden más al dentista dedican más tiempo al deporte, tienen menos porcentaje de obesidad (comen más fruta, verdura y legumbres) y en definitiva llevan una vida más saludable. Por nacionalidades, los españoles van más al dentista que los extranjeros (53% de los españoles, 43% de la UE, 36% del resto del mundo).

“Los motivos por lo que vamos más al dentista hoy en día son el estrés y la demanda de tratamientos estéticos, lo que explica en gran medida el hecho de que haya más pacientes jóvenes que pasan consulta que mayores”, concluye la doctora.

Fuente: eldentistamoderno

«Si le beso, ¿por qué no puedo usar su cepillo de dientes?»

«Si le beso, ¿por qué no puedo usar su cepillo de dientes?»

Pasa la noche en casa de su pareja, pero ha olvidado el instrumento de higiene. Puede que se pregunte: «¿Sería tan malo compartirlo?»

Sábado (o vienes, elija usted) noche. Su novio (o novia, elija usted) le invita a tomar una copa a casa. “Al día siguiente, te prepararé el desayuno”, murmura al teléfono. ¿Se va a negar? No hace falta que responda… Cuando ya está llamando a un taxi, se da cuenta de que no lleva encima el cepillo de dientes. Y la pregunta es evidente: ¿tan dramático sería utilizar el de su pareja, con quien ya intercambia saliva a través de frecuentes besos?

Las recomendaciones de cualquier dentista a este respecto no se limitan únicamente a cuestiones de higiene, sino también a sanitarias. Arlinda Luzi Luzi, coordinadora de tres posgrados especializados en Odontología de la Universidad Cardenal Herrera CEU, lo explica: “No se puede compartir el cepillo porque cada persona tiene unas bacterias en la boca que se quedan en el instrumento después de utilizarlo”. ¿Pero acaso a través de un beso no se transmiten todas las bacterias posibles? Luzi Luzi responde: “No, quedan algunas en la boca que no se contagian con la saliva, como las de la placa dental [acumulación heterogénea bacteriana], que está pegada a los dientes y provoca caries. Estos microorganismos no se transmiten por un beso, pero sí al lavarse los dientes con un utensilio que no es el suyo”. Hablamos, pues, de nuevos riesgos bacterianos, que no víricos, pues como aclara Moisés Robledo, secretario de información de la Sociedad de Médicos Generales y de Familia (SEMG), «los virus se mueren en el medioambiente, porque para ellos es hostil”. Por eso es fácil contagiar la mononucleosis o la gripe por un beso, pero mucho más complicado por usar el cepillo de la pareja.

Hay, sin embargo, enfermedades que burlan los besos, pero se pueden pegar con la utilización del mismo cepillo. El presidente del Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Madrid (COEM), Ramón Soto-Yarritu, las explica: «Sucede, fundamentalmente, por el sangrado de encías. Algunas patologías son muy fáciles de contagiar por esta vía, como el herpes o la hepatitis”. Son riesgos muy similares a los que entraña compartir cuchilla de afeitar.
"Si le beso, ¿por qué no puedo usar su cepillo de dientes?"

Chicles o enjuague bucal

«Otro factor que hay que tener en cuenta es que cada persona tiene un cepillo adaptado a sus necesidades, con una dureza y un tamaño determinados. Alguien con un biotipo de encía fino debe utilizar un cepillo suave. Si emplea el de otra persona con un biotipo grueso (que ha de tener unas cerdas más duras), puede provocar sangrado por una retracción del tejido gingival», añade Soto-Yarritu. ¿Y si una persona con biotipo grueso utiliza un cepillo con cerdas suaves? «La eficacia del cepillado sería mucho menor», zanja.

Una vez aclarados cuáles son los peligros que implica utilizar un cepillo ajeno (incluso el de su pareja), queda una cuestión por resolver: ¿qué debemos hacer esa noche que vamos a pasar fuera de nuestra casa? ¿Abstenernos de lavar los dientes? Luzi Luzi propone dos soluciones a las que se puede echar mano en estas ocasiones: “Utilizar un enjuague bucal o mascar chicle para limpiar la superficie de los dientes”. Lo de negociar un hueco para un cepillo propio en el baño de su pareja ya es otra historia…

Fuente: ElPaís